sábado, 6 de junio de 2009

Nota Nº1

"La ley del mar ha marcado que un barco sin capitán podía ser reclamado por cualquiera que subiera a él, por ello, los capitanes no abandonaban el barco a no ser que estuvieran absolutamente seguros de que iba a naufragar, siendo los últimos en dejarlo y hundiéndose con él en numerosas ocasiones."

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